martes, 12 de marzo de 2013

El mielero

Recorre el pueblo cada día con la barba abandonada y los pies sobre el pedal.
-Es un viejo amigo mío -cuenta mi abuelo, mientras golpea fuerte el vidrio para detenerlo.
José Luis me cuenta que la cosecha anduvo medio pobre, que no ha llovido casi nada y que cada próxima gota recuerda el adiós al tiempo de lluvias. Las abejas, desconcertadas, buscan flor y encuentran poco.
-Unos aviones sobrevuelan la zona y hacen unos inventos para alejar la tormenta. Quieren dejarnos sin agua y hacernos partir.
No hay certeza de que lo logren. A José Luis lo entristece que haya gente que sea así.
-Pero ando bien. Fui siempre pobre y un año más lo volveré a ser. Ando bien amigo, ando bien.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Cosas de abuelo

Al final del viaje la vida se va encogiendo y se resume en unos pocos relatos.
-¿Te conté la historia de...?
No más de veinte son las historias que cuenta mi abuelo, y algún que otro cuento que lo hace reír. El resto es silencio y un "adiós" desde la vereda a cada vecino. Entretanto, se entretiene pintando los colores que un día vio.
Paso horas de mi vida arreglando la casa e imagino que le interesa verla linda. Mira todo pero observa sólo los rincones que habita: el vidrio de la ventana, la vereda, el cerco y algún agujerito por donde entra el chiflete que lo tiene con abrigo.
Dicen por ahí que los viejos necesitan sólo un puñado. A ese puñado lo necesitan mucho.