lunes, 29 de octubre de 2012

Piezas de museo

Fóbicos a los contratos abusivos  y amantes del trueque como abrazo de comercialización, Nico y Jesi creen que las ciudades deberían convertirse en museos.
De corazón sentipensantes, como diría el gran Eduardo, dejaron a espaldas el hormiguero humano de Buenos Aires, cargaron en sus hombros un par de bártulos y clavaron su estaca en José de la Quintana, que no fue santo, aunque el cartel diga que sí. Cerca de 800 habitantes lo habitan y lo respiran cada amanecer, un 0,00533% de aquel Buenos Aires que Nico y Jesi dejaron atrás.
Mientras renacen, construyen su casa de barro, arman con latas y cables redes libres para que el pueblo pueda acceder a internet.
Lo cuentan más o menos así:
-La conexión va de nuestra casa a la casa del Cholo, que tiene 80 pirulos, de ahí a lo de la maestra de la escuela y de ahí a lo de la flaca. De ahí hasta allí y cruza de pueblo a San Agustín, que sí fue santo, según dicen.
Nacen de nuevo cada día, antes de morir. Nacen, esas piezas únicas, casi de museo, mientras Quintana renace ¡libre!

viernes, 19 de octubre de 2012

Tagore el mediador


Hace días las palabras no llegan al cuaderno. Lo agarro, lo tengo, lo abrazo, lo golpeo. Lo miro y lo ignoro. Ni me mira ni me abraza. No tiene ganas de dialogar conmigo y deja sus páginas en blanco sin cantarme ni buscarme.
¿Qué puedo decir si toda palabra migra al instante en tachadura? ¿Qué puede decirme con ese blanco silencio?
En un intento de reconciliación buscamos un mediador: Tagore, que habla de él, o de mi.

“-¿Dónde está lo que esperábamos de ti? ¿Aquello que parecía apuntar en el suave brote verde? ¿Hemos de soportar la inmadurez para siempre? Ya es tiempo sobrado de que sepamos lo que hemos de recibir de ti. Queremos una tasación justa de la porción de aceite que el crítico, de ojos vendados que da vueltas al molino y que es imparcial, puede sacar de tu cosecha”
Ya no es posible engañar a esta gente para que espere con expectación más tiempo. Mientras fui menor de edad, confiadamente me dieron su crédito; ¡es triste desilusionarles ahora que las palabras de la sabiduría no me llegan! Soy del todo incompetente para producir esas cosas que puedan ser alimento espiritual para la multitud. Más allá del trozo de canción, alguna leve charla, algún ligero pensamiento, no he podido avanzar. Y, ahora su ira contra mí; pero ¿les pidió alguien, alguna vez, que alimentaran estas grandes esperanzas?” (Julio 1887)”

lunes, 8 de octubre de 2012

El telar reconstruyó la flor

El árbol de otroño supo de invierno y aunque de momentos rengo, casi inmóvil como Aquiles tras la herida, pudo pronunciar su manifiesto: "Fluye savia para rato"
Pescetti: "La primavera no nace sino del despojo de todo lo viejo"
Jodido y crudo el invierno que viene con transplante.
Yo en la ventana observando la magnolia: Está todo listo. Sólo espera mi mirada para abrir en flor. Hasta los pájaros le revolotean, presumiendo.
Pasan las horas. Viniste en el primer aroma, mezclado con el jazmín. Y en un instante, imponente, lo olvidó, como olvidó el dolor del adiós. No el adiós. Sólo el dolor del adiós.
Invadió en aroma. Irrumpió la blancura de la magnolia.
Neruda: "Y allí el telar hilo a hilo, buscando, reconstruyó la flor (...) Cante el hombre sus amores y galope, encendiendo cereales"