domingo, 6 de mayo de 2012

Como árbol de otoño

Se pierden las hojas, el otoño evoca. Se van los alrededores y la desnuda rama anuncia austeridad de frutos. De todo, lo intocable de la vida resiste hasta el margen, bien al margen pero sólo hasta allí. Cruzando el límite, forzando el margen, la tristeza irrumpe en ahogo y saturación.
Aunque el árbol intente sostener las hojas, sabe de un tiempo nuevo por venir. Desprende en llanto y, en palmada de adiós, las suelta gravedad y viento mediante, hacia la tierra y el más allá.
Entonces otoño evoca: no hay hojas que oculten la desnudez. Y lo que resiste, ese intocable e innombrable deseo, invoca la palabra, pronuncia lo que ocupa piel y corazón y espera... espera... sabiendo invierno por parir, primavera por surgir.

1 comentario:

BuRi dijo...

Bellisimo Agus!