martes, 27 de septiembre de 2011

Las cazuelas se preparan


Primavera en calendario y primeras flores embellecen la ciudad. Pedaleada tras pedaleada, contemplo a los vecinos en las veredas, preparando las cazuelas para una lluvia que todavía no fue.
Mueven la tierra, esperando la vida que quiere llegar y se hace esperar. Mientras las gotas no caen, este mover la tierra y sacar yuyos, este preparar las cazuelas para que el agua bendiga con toda su plenitud, me tiene pensando. No siempre nuestra vida está en primavera, pero qué lindas son las personas que siempre la esperan: como las cazuelas, tienen los ojos abiertos, el corazón extendido y la ilusión encendida, esperando, aunque sea, que una gota de rocío nazca la flor.

Aroma a tierra mezclada


Clara junta trocitos de tierra para acunarlos en la vasija que modeló con sus manos. Recoge tierra de los lugares donde la infancia se asomó, y tierra de los amores nacidos. Recoge, de casa en casa, tierra que pisaron los amigos que son la vida y esas personitas que en la historia fueron luz del mundo. Tierra de su historia, de los pasos dados y de los rincones abrazados. Tierra de los silencios, de las palabras y de la sangre y el llanto.
Clara mezcla la tierra cada mañana y la casa se llena de aroma. La tierra mezclada perfuma los primeros pasos del amanecer y los amores por venir.
Así, el corazón de amanecer recibe la visita que impulsa los amares. Y cuando olvida, triste anda Clara por la vida, sin saber para qué respirar.