lunes, 27 de septiembre de 2010

¡Muéstrales!

El Amado de momentos me desconcierta tanto como cuanto me sorprende. En el cotidiano encuentro con jóvenes, las ganas que ellos tienen de entregarse plenamente a su Voluntad generan en mi enorme admiración.
¡Desearía tener y haber tenido tantas ganas de amar como la de ellos! ¡Quisiera tener un poquito de su ternura y su pasión por el Amor!
Y, sin embargo, a veces las enormes ganas no encuentran los caminos para la entrega. Dicen que sólo entregarse quieren... y lo sé.
Pero el Amado no se muestra del todo y ahí los tiene... sin saber qué pasos dar. Y ahí me tiene, sin saber cómo acompañar.

El cálido abrazo intenta engañar

Aunque las palabras al Amado no puedan ser descriptas, los andares del Amado siguen viniendo a mi entre luces y herencias. Luz que brota de quienes sólo deseos de amar tienen... herencia que crece como hija de un interminable abrazo que florece.
Luces y herencias tan lindas a veces me acurrucan para asegurarme interiormente sin dejarlas ir. Es tan cálido el abrazo del que ya está que engaña el miedo de su ausencia. Pero miedo pronunciado se vuelve el primer paso para no tener frío.
A veces ese miedo desdibuja el deseo de misión y hace mirar atrás para esquivar el paisaje del salto al vacío. Cuando Clara escuchó de ese miedo puso su mano en mi boca y la tapó: "No te asustes si tus pasos toman nuevos caminos. Estés donde estés la Luz hará que nos sigamos viendo. La luz y la luna no tienen chance de desaparecer. Allí nos encontramos"
Y Teresa, la viejita de Calcuta, cruza sus dedos entre los míos y recuerda que Jesús le dijo "¿te negarás a hacer esto por mi?

domingo, 26 de septiembre de 2010

Palabras al Amado

Muevo una letra de acá hacia allá, y a la que estaba la paso un poco más adelante.
Mezclo las letras y las tiro como dados, en la ilusión de obtener lo mejor.
Tiro de nuevo, mezclo de nuevo, .
Busco palabras, compro palabras, reordeno palabras y hasta las envuelvo para conseguir la sorpresa.
Pero no. Por más vueltas e intentos no encuentro un atado de letras y palabras que amarren los sentires. Ni un beso apasionado a esas amontonadas letras alcanza. ¡Me hacés tan feliz!

jueves, 16 de septiembre de 2010

"Yo soy de donde hay un río" (Silvio Rodriguez)

Desde que regresé de Capilla del Monte en bicicleta esa frase de Silvio me tiene pensando y se pasea por el corazón con melodía de trova. La bici seguía girando y girando, lento a veces como lentos crecen los pastizales en montaña árida, rápido, otras, cuando la bajada invitaba a volar.
Los senderos cambiaban y lo que estaba cubierto de espinillo y roca de repente desaparecía y se asomaba una llanura. En todos, sin embargo, era visitado por la misma idea: si había una casa es que pronto había un río. Si había un río, lo que pronto iba a llegar era la casa, o algunos animales que lo disfrutaban. Río que es vida, río que es promesa para que quienes se acerquen tengan vida, río culpable de la flor naciente, río lugar para quedarse contemplando -mate en mano, río que es paz y revolución, río que es Dios.
¡De donde hay un río soy... y cuánto gozo!

jueves, 9 de septiembre de 2010

Mientras canten cuando se junten... no olviden

5 de septiembre
 
Tras la muerte de Juli miro la vida dudando del segundo siguiente, aunque sin pensar mucho en esa duda. No me aflije el viaje sin retorno, ese nuevo probable que siempre estuvo pero no se había asomado.
Mientras salía hacia Capilla del Monte saludé a Gabriel dándole todas mis contraseñas de Ayni, dejé un abrazo en el pizarrón a los chicos y un “donde se esconde el sol” en mis espacios de internet.
No quiero irme de este mundo que instante tras instante me sonríe y abraza. Y sin embargo, tengo la mochila lista para el día que se anuncie vuelo. He sido tan feliz que nada puedo seguir pidiendo.
Mientras canten cuando se junten el día del viaje no olviden las de Silvio, las de Teresa, las de Pedro y de Filio, algunas de Baglieto, de la negra querida, de Ismael y por qué no “Si me voy antes que vos” de Arbolito.
Mientras canten, mientras rían, que no falten la bici, la compu, los mates, los libros de Galeano y de la viejita de Calcuta. Sentaditos al lado suyo, acostaditos al lado mio... “dejen la vida volar”

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Pide a gritos que la imite

5 de septiembre

Ella, la voz del corazón que sabe de mi más que yo, también se viste porque no hay voz sin cuerpo, como no hay vida sin canto. Hoy estuve viendo la ropa que el que rodea la voz del corazón quisiera comprarle. A su pelo largo y enrulado, a su rostro poco producido y a su flaco y vegetariano cuerpo, el que rodea la voz del corazón le compró unos pantalones anchos de colores pasteles y una camisa con mangas al codo pero anchas. Descalza camina la voz del corazón y cuenta que así está bien, que cuando está descalza el suelo se confunde con el cielo, el cielo con el sol, el sol con el jazmín, el jazmín con el río y el río con el suelo.
Descalzo y con esa ropa andaría el que rodea la voz del corazón. Ella le pide a gritos que la imite... pero a veces él no se siente libre ante las voces que rodean al que rodea la voz del corazón.

La tierra donde nací

4 de septiembre

Capilla del Monte teje en mi la trama más linda de los amores que le tengo a los paisajes. Las voces vecinas dirán con certeza que exagero asegurando que no es muy distinta a los otros pueblos vecinos y que dista años luz del interminable mar en Galápagos y de los imponentes Alpes Suizos.
Ella piensa que no. Dice que todo es mentira, y que hasta es mentira lo que le contaron sus padres. Ellos, que se equivocan como las voces vecinas, cuentan que nací en Córdoba.
Ella insiste e insiste. Tercamente insiste: En Capilla del Monte naciste. Hoy la tierra te ofrece su mejor canto, para que vuelvas.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Mis dos primeros bautismos

Le ponen nombre a quien nace y hacen que unas pocas letras amontonadas lo acompañen más allá de su último viaje, pasos delante de ese adiós interminable y doloroso.
Ellas, en cambio, no se nombran pero esperan: un abrazo, una mirada, un bautismo de quien las ama. Las cosas esperan, sentaditas, un nombre que quizá ni sepan leer.
Mis dos primeros bautismos fueron Ayni y Anisacate.
Ayni se llama mi pequeña compu con quien paso horas de la vida trabajando, estudiando, compartiendo, visitando y rezando. En voz Quechua Ayni es una promesa de colaboración mutua. Cuando un pueblo sufre una catástrofe o necesita construir, los pueblos vecinos le preparan alimento y los ayudan.
Anisacate, en cambio, mi bici. "Puerta del cielo", quiere decir para los Comechingones, habitantes de las sierras cordobesas. Al cielo me lleva, mi bici, cuando vamos donde vos habitás... y con el cielo comulga, sonríe y besa, cuando a las sierras de los nativos la llevo.