martes, 20 de abril de 2010

Tecito?

Los siempre presentes rincones de dudas ante la muerte se expresaron a flor de piel en estos días de dolor.
Apenas te fuiste, querida Juli, los lejanos, separados por insoportables kilómetros, y los cercanos, separados por ese helado cuerpo que vos no sos, comenzamos a escribirte en el muro del “caralibro”, como gustabas decir a aquel espacio con quien te peleabas y amigabas en cuestión de instantes.
Era 27 de junio del año que se nos fue y yo te peleaba, telefónicamente, echando culpa del olvido de tu cumple a que no tenías Facebook.
Pocos días después lo creaste y, también desde ahí, inundaste a muchos de tu alegría. ¿Cómo olvidarte subiendo videos de Daniela Mercury que nos recordaban la plenitud de la vida? ¿Cómo borrar del corazón el comentario que sobre vos pusiste?

“Ya sé mirar el río por donde la vida pasa
sin precipitarme ni perder el tiempo
Escucho en el silencio que hay en mí y basta
Otro tiempo comenzó para mí ahora”

Me he ocupado contemplativamente de recopilar lo que amigos y amigas del andar te han escrito. Seguro que ya lo leíste. Descargalo de acá...

http://sites.google.com/site/agustinfonaine/Home/ApuntesdesdetucaralibroJuliSegatori.pdf?attredirects=0&d=1

lunes, 19 de abril de 2010

"En la alegría de ustedes, distinguí mis promesas"


La presencia cercana de cientos de amigos y amigas despunta una nueva aurora tras la noche. En estos días me alimenta el entramado que nos une a quienes compartimos una causa tan grande como la de Juli, aunque muchos la vivamos con menor pasión y entrega que ella.
Las vías que expresan contacto en ese entramado fueron innumerables, como incontables las edades y las relaciones... los grandes, los chicos, las y los jóvenes, los muy amigos del hoy, los muy amigos del ayer, los conocidos y los hasta casi desconocidos.
“En la alegría de ustedes, distinguí mis promesas”, promesas de vida, promesas de amor, promesas de llevar a Juli entre la sangre, alimentando el corazón, oxigenando los sueños y las búsquedas.
El frágil hilo del que la vida pende se cortó... una vez más... y el desgarrado corazón se pregunta quién es, en la ausencia de ese latido amado. Pero en ustedes, la canción de Silvio continúa: “En la alegría de ustedes, distinguí mis promesas... y todo me parece que empieza”

sábado, 17 de abril de 2010

"A vida em primeiro lugar" ¡Cómo te voy a extrañar!

El teléfono sonaba y sonaba... simultáneamente, en medio de la clase. ¡Nunca me llaman tanto! A la tercera llamada salgo y atiendo.
-¿Te enteraste? ¿Te enteraste lo de Juli?
Miles de Juli posibles pasaron por mi cabeza pero no. ¡Ella no! ¡No podía ser ella! Salí de clases. Caminé y lloré como nunca antes. Lloramos después con Ana... y en la distancia... con Larry, Lau, Luis, Mechi y Manolo. ¿Por qué lloramos si no es ella, pregunta desconcertado el corazón.
Es el día más triste... como dice la canción de Silvio... “quiero y no puedo tener alegría”
Siempre prometía a Juli escribirle una carta de puño y letra, artesanal, como quien va, un poquito, junto a ella. Había comenzado a escribirla... nunca la terminé. Va ahora:

Querida Juli:

Pienso que en el cielo debe haber una especie de cyber donde puedas leer lo que te vamos escribiendo, donde puedas seguir lo que en el resto de nuestras vidas vamos compartiendo.
¿Quién me escribirá ahora un mensaje cortito que diga: y la carta?
Mi certeza de que vas a leerla me anima tomar fuerzas y escribir, aunque hoy todo paso se hace pesado.
El año en que nos conocimos enseguida me di cuenta que nuestro respirar estaba alegremente acompasado... Ahí nomás dejaste de ser simplemente Juli, la amiga de Ana, para ser de esas personas con quienes una mirada alcanza para sabernos cómo estamos. Empezamos a darnos cuenta que soñamos con las mismas causas, lloramos las mismas injusticias, nos alimentamos con las mismas canciones y los mismos libros... y nos encariñamos, contemplándonos.
En esos días, mientras nos despedíamos, me regalaste una remera y un papelito. La remera me había encantado desde el primer momento que la vi, pero no te dije nada para que no te desprendas. Algo intuiste, quién sabe cómo. En el papelito decía: “A esta remera me la regaló un amigo de Brasil, que es de esos tipos más coherentes que conocí. Te deseo la coherencia de vida que en él encontré”
Después seguimos escribiéndonos. Un día recopilaré esos compartires de vida que se asombra del otro, lo contempla y lo extraña.
Entre mails y llamadas soñábamos tonteras como que te venías, salíamos con la Sprinter, los buscábamos a Larry, secuestrábamos a Ana (había que secuestrarla porque siempre trabajaba mucho) y rumbeábamos a Matto Groso para visitar a Pingüi.
Los últimos meses ya la vida nos encontraba en el “caralibro”, ese espacio que nos acurruca con quienes estamos más lejos, haciéndonos sentir menos frío y más abrazo. Nos escribíamos casi a diario en eso que bautizamos ciberté: un amor vivido, una tristeza nacida, un sueño regado o una canción amada.
De todos ellos, y como despidiéndonos, esa noche, triste noche, me preguntaste:
-tecito?
Y te respondí:
-dice el sobrecito que "una sutil combinación de tés orientales con un suave gusto a bergamota" na... no les creo nada... debe ser peperina con huano de caballo en las sierras de Córdoba... pero está bueno...jeje!!!
Vengo llegando de Radio María... y la facu antes... lindo día hoy che...
Me respondiste pasadas las 0.00 de esa noche.
-té de peperina con un suave toque de bosta de caballo de las sierras de Córdoba! Me hacés reír! Día lindo, un día de shot.

No respondí. Estaba muy cansado ¿Qué nos hacía decir con tanta, con tanta certeza, que era un día Shot? (te acordás que le decíamos así a los días grises, tristes, fríos... en los que comiendo Shot se nota menos)
Me quedo con mucho, y entre eso mucho, con tu sms de la noche que estábamos viendo a Pablo Milanés en Cosquín. Aquel ratito me dedicaste “El breve espacio en que no estás” ¿Cómo llenar ahora ese, en el que vos no estás?
Te quiero amiga. Gozá en Dios... y visitanos, en la huella del andar de los que acá quedamos, con un poquito más de frío...

Tu siempre hermano.

Agustín

martes, 13 de abril de 2010

compartí... que no es delito...

12 de abril

La lucha cognitiva que mencionaba nos hace, en cierto sentido, alternativos. Nuestra marginalidad no es desconexión. No pensamos que, necesariamente, ser diferentes sea desconectarse sino realizar, al menos, dos prácticas básicas: como Pedro Casaldáliga, respondemos todos los mensajes: es de humildad hacerlo.
A la vez pasamos de muro a muro, de post en post, dejando una huella...Buenas noches de Dios que nos alegra la vida. Y hacemos del compartir un hábito de vida. En Twitter, Google Buzz y en Identi.ca compartimos lo que pasa; En Facebook y en Orkut lo que estamos pensando, los saludos de cumpleaños y los testimonios sobre el otro; en Wakoopa el software que usamos; en myspace la música que escuchamos; en Youtube lo que vemos; en delicious los marcadores sociales, en Stumble las curiosidades, en Picasa y en Flickr nuestras fotos, en wordpress y en blogspot lo que escribimos; en wikipedia/wikispaces los conocimientos que desarrollamos y aprendemos, en Creative Commons los libros que publicamos.

¡Cómo nos cuesta!

11 de abril

El discurso sobre internet como nuevo patio juvenil, discurso por el hace tiempo luchábamos para entender y caminar en el tiempo presente, comienza, más o menos a consensuarse dentro del ámbito en el que estoy. Hoy cada vez que sale el tema Facebook u otras redes sociales, no falta quien cree ser novedoso diciendo:
-Y sí, hoy internet es un nuevo patio.
Quienes hace tiempo sostenemos eso luchamos, ahora, por una ruptura cognitiva, intentando hacer abandonar el contradictorio discurso que, mientras sostiene que es un nuevo patio, nos juzga de “estar al vicio” a quienes dedicamos tiempo y desvelo. “No lo uso, porque hay que tener tiempo para eso” -dice el discurso que se cree profesional porque donde él trabaja se hacen “cosas importantes”. Sí. Importante. Siempre fue más importante estar en una reunión de gente grande que piensa qué hacer con los jóvenes... y allí se queda, pensando estructuras.
Los importantes caminaban, alejados de los jóvenes y Don Bosco reacciona: “Si un día llegara a ser sacerdote, no querría ser como ellos”
Quienes “estamos al vicio”, en cambio, no entendemos palabras tales como “hay que tener tiempo” porque tampoco las entiende el que decide estar en el recreo con los chicos , o el cura que a la salida de misa se queda charlando con los jóvenes.
En lucha cognitiva transitamos estos días algunos antropólogos digitales: tratando de, sumergidos, compartir tobogán y hamaca.
¡Cómo nos cuesta!

9 de abril


De los discernimientos que más me van costando en este tiempo, uno es la tensión entre pasado y presente con los amigos. La semana que va terminando estuvo poblada de reclamos de amigos y de amigas que sienten la ausencia y que expresan “ya no es como antes, saludabas siempre para cualquier acontecimiento” ¿Cómo estar en el pasado, querido pasado, nutriente pasado, sin abandonar los amigos de la cotidianeidad, del tiempo presente, del instante donde pasa Dios y anuncia Evangelio a través de las nuevas personas emergentes?

La revolución armada, bajo la almohada

6 de abril

José Martí decía que nos tenemos que ir a dormir con las armas bajo la almohada, armas llamadas libros: armas del conocimiento, más fuertes y amorosas que las balas. He pensado mucho en esto hoy, mientras compartíamos lecturas y pensares revolucionarios.
A menudo me encuentro con revolucionarios bastante estrechos de mirada que, por ejemplo, se creen zurdos porque copiaron el software privado en vez de comprarlo o porque compraron remeras Nike truchas ¡No ven que mantienen el sistema!
Voy viviendo de a pasitos algunas minirevoluciones que se van metiendo en mi piel, haciendo emerger la intuición de que el mundo amaría más de lo que ya ama.
  • Miro el presente de manera esperanzada
  • tengo presente en la oración a muchos cada día
  • respondo todo lo que me escriben
  • hablo con Jesús mientras voy en la bici
  • voy en bici por preferencia siempre que sea posible
  • uso software libre
  • escribo y publico bajo Creative Commons
  • trato de no hablar de más
  • preparo siempre las clases
  • no le compro a Nike, a Gap, a Coca-cola, a Apple, a Wal Mart, a Ford, a Cristian Dior ni a otras marcas de quienes conozco su explotación.

sábado, 10 de abril de 2010

Grandes resurrecciones mínimas

Va lo que salió en el Boletín Salesiano - Clips - Abril 2010


Grandes resurrecciones mínimas...

Tu barrio es Chile, tu andar es Haití, tu abril es Resurrección (paráfrasis de Calle Belén, de Eduardo Meana)



El frágil hilo del que la vida pende se expresó entre abrazo y dolor en Haití y Chile. El dolor de muchos, el sinsabor de una ausencia inesperada y la lágrima ante quien ya no está, reciben bocanadas de aire de grandes resurrecciones mínimas, un puñado de mujeres y hombres, niños y adultos que hicieron brotar el color de la vida... un calorcito para seguir andando... “La Pascua nos irrumpe, amor de amores, lo más vivo venciendo lo más muerto” Eduardo Meana


Clip 1
Oculta entre escombros, teñida de tierra y llanto, arrugada como viejito que no puede sostenerse y descosida como ropa abandonada estaba la bandera, casi sin esperanza en resurgir. En el suelo casi nada llega a distinguirse pero un hombre ve de lejos una punta: --¡Es la bandera! ¡Y allí detrás mi país! Mi gente, mi historia, mi tierra.
La pequeña muerte de la bandera ansía resurrección! El hombre la levanta y la muestra al mundo... Chile quiere resurgir.


Clip 2
Con su camisa negra y botones en la manga Michelle Bachelet olvidó protocolo y apariencia. Desde temprano trabajó mano a mano con la gente para sostener el andar de un país que se cae. El terremoto la agarró desprevenida, como desprevenido tomó a muchos. Improvisar no es tarea fácil... pero es tarea imposible para las cosas más profunas del corazón.
Eran cerca de las 22:00hs y parece que alguien le recordó de la conferencia de prensa. Michelle seguía trabajando y así como estaba nomás comenzó... sin cambiarse ni pensar mucho en la imagen que daría ante el mundo: camisa negra y botones en la manga... tras una larga jornada de trabajo-amor.



Clip 3
A ritmo de energía juvenil la organización “Un techo por mi país” lanzó la campaña especial “Un techo para Chile”. Cientos de voluntarios con corazón inquieto no dudaron en arremangar su camisa de trabajo y su capacidad de amar... ¡y trabajan incansablemente en la construcción de 30000 casas!
Felipe Berrios, Jesuita fundador envió a los primeros voluntarios diciéndoles: “Chile confía en sus jóvenes y las personas que están sufriendo necesitan de su apoyo y compañía. Nuestra labor, además de la construcción, es dar un mensaje de solidaridad, de optimismo y de esperanza”.
En http://www.untechoparamipais.org/?p=1001 Está buena la imagen de Bachelet mirando la maqueta.
O hay algunas en flickr: http://www.flickr.com/photos/utpch2010/



Haití



Clip 1
Ni cantan igual ni piensan lo mismo pero la vida de muchos que reclama los convocó. Artistas de muchos lugares del mundo se juntaron y cantaron:
“Somos Latinos Unidos en una canción
Con una poderosa misión
Contigo lleva la bendición por fe!
Haití renacerá del polvo y las cenizas
Cada niño tiene el derecho de llevar una sonrisa
Dale la mano a tu hermano
Sirve de consuelo
Siembra en la tierra
Y recibe el tesoro de los cielos”



Clip 2
Mario Tiburzi intuía dolor y terror. El médico cordobés de la localidad de Almafuerte trabajaba en el servicio provincial de emergencias pero tiempo atrás decidió estirar su corazón hacia Haití. Poco antes de volver sucedió lo terrible. Los 25 segundos durante los cuales todo tembló lo encontraron trabajando en el hospital. Tras el horror las demandas de miniresurrecciones aumentaron... un sinnúmero de “si quieres puedes curarme” invadió cada sala: “Tuvimos una ardua tarea, y volvemos con el corazón contento por haber trabajado y dado todo lo mejor para la gente de Haití”. 




Las pequeñas revoluciones de amor, esas miniresurrecciones de corazón,
“Se echan a volar
Para no perderse la libertad,
Se echan a volar
Para no morirse de soledad.
Déjalas cantar a su manera,
Ellas te darán su primavera,
Libres como son y tan sinceras,
Luminosas compañeras del amor”
Teresa Parodi, Pequeñas revoluciones