jueves, 25 de marzo de 2010

Twitter de cumple

Lo escribí antes del otro... porque el otro fue un escrito en una hora de clase de la facu.

Como pocos habrán imaginado tiempo atrás, hoy festejamos el cumpleaños de twitter. Cuatro añitos de vida para una herramienta web que poco a poco se va volviendo práctica habitual de muchos. Con apenas 1400 días en escena ya hay quienes hablan de la generación Twitter. Nuevos softwares creados por humanos rediseñan la vida de humanos. Nuevas subjetividades, maneras de entender la vida y de compartirla, tiñen nuestra piel y con ella se confunden ¿cuánto nos quede en este tiempo de lo digital como hábito? ¿cuánto para que lo digital sea cuerpo? ¿cuánto le queda a este aleteo humano?

miércoles, 24 de marzo de 2010

Twitter de cumple

Las nuevas subjetividades se van configurando mientras los bits invaden. Tiempo atrás, festejar cumpleaños quedaba reservado a los humanos. En ocasiones, los humanos decidían mutar sus costumbres hacia sus mascotas. Los más fiesteros se prolongaban inflando globos para recordar su planta preferida, o el primer encuentro con una persona muy querida.
Ayer con Twitter, como tiempo atrás con Firefox, el mundo digital también festejó.
–Le cantamos el feliz cumple a Twitter, –dijo un geek de la última hora.
Twitter, el servicio de microblogging más difundido en los últimos años, sopló ayer su cuarta velita. Las noticias cuentan que cada vez son más los usuarios que usan esta red social para leer noticias, seguir las cotidianidades de personas que aprecian, de investigadores y profesionales, y de curiosos de la web.
Surgen subjetividades y se entremezclan con la sangre, la tradición y la psicología: Para la tradición ayer un twitteradicto escribió: ahora “me lo dijo un pajarito” no tiene el mismo sentido que hace cuatro años; entretanto, los psicólogos evolutivos, que saben de la llamada “edad del ¿por qué?”, preguntan: ahora cada vez que pongamos qué pasa en Twitter, ¿el pajarito nos preguntará por qué?

lunes, 22 de marzo de 2010

Celebraciones 2.0: demasiados caracteres para la generación twitter

"Cuando ahora escuchamos me lo contó un pajarito, no pensamos en lo mismo que hace cinco años"
Post de un twittero

Como timbre de recreo el momento de la paz dentro de la celebración eucarística revolucionó los cuerpos condenados a la quietud hace poco más de media hora. Una vocecita de dénse como hermanos la paz se ha convertido en el pase libre para hablar, comentar sobre un mensaje de texto que acaba de llegar o sobre un error en la lectura planificada, darse un abrazo y restablecer la sonrisa, cuando no saludarse por no haberse visto antes de inicio.
Ciento cuarenta caracteres para no ser plomo. Ciento cuarenta caracteres porque después le toca al otro. Ciento cuarenta caracteres que redireccionen a otro lado, a otra experiencia, a otra pequeña cosa interesante. Ciento cuarenta caracteres es lo máximo que podemos escribir en Twitter o en otros servicios de microbloging. Allí podemos poner mensajes tales como “Miren qué buena foto que saqué” y luego redireccionar a un sitio de fotos para que encontrarnos con ella y algunas más.
Twitter, es un fenómeno en enorme expansión. El instante que hablemos de ellos puede quedar en el pasado por el nomadismo constante del trancurrir. Para muchos Twitter es sólo un sitio donde todos entran y cuentan. Otros estamos seguros que algo más corre allí dentro. El pajarito va transformando los modos de ser, los modos de estar en el mundo y de expresarse, de permanecer en la quietud y migrar en el andar. La posibilidad de ir contando al instante en qué estamos pensando y qué pasa, según cada uno mira el acontecer, se arraiga en los nativos digitales de un modo imprevisto para la Iglesia Católica y para muchas de las iglesias en general.
Fuera de los templos, el mundo juvenil deambula con aparatos cada vez más fusionados con la mano y redes inalámbricas que llevan el momento a la nube. Más allá de la red y de los presentes, este viaje de textos conecta nuestra manera de mirar lo que acontece con un grupo de personas a quienes consideramos como parte constitutivas del yo. Conozcámoslos o no, la cosa está en poder decir y en que alguien pueda escuchar, leer, valorar, puntuar, tildar con un "like it"... Reconocernos sujetos de expresión o más bien, sujetos de comunicación nos hace seguir avanzando en el andar cotidiano. A ellos sigue abriénonos las puertas la web 2.0.
Nuestro pequeño pajarito pronuncia exceso de caracteres con un llamativo color rojo y avisa que algo está de más. Hacia el instante próximo avanza el próximo yo autor, que nos contará qué pasa.
Sin tener gran idea de liturgia me he dedicado por horas a contar caracteres y segundos mencionados en los tramos de menor participación de la celebración eucarística. Mi constatación fue que son numerosos los momentos donde sólo el sacerdote habla, excediendo en varios miles los caracteres soportados. Todavía más: cuando el pueblo habla, cuando los jóvenes hablan, lo hacen con respuestas iguales para todos y con palabras de uso no habitual en el mundo, tales como amén y aleluya.
Entre la generación Twitter, sometida y productora de una constante multiplicidad de estímulos, cargada de bits y binarioparlante, y nuestros espacios de diálogo en las celebraciones ¿qué espacio de participación juvenil ofrecemos en la Iglesia para celebrar la Eucaristía? ¿De qué sindrome de la cuna vacía, del banco de misa vacío, tendremos que llorar para repensar nuestra propuesta a la twittgeneration?

miércoles, 17 de marzo de 2010

Comentario almanaque salesiano Marzo 2010

Frase: “Si la educación cuesta mucho dinero la ignorancia cuesta mucho más”

Las miradas entrelazadas hacia la bandera que se esgrime en lo más alto del lugar asoman en Susques (Jujuy) la esperanza de los andares que el día propondrá. Como hace 200 años la esperanza sigue subiendo a lo alto en la presencia de muchos chicos y de muchas chicas que van a la escuela en una especie de abrazo cotidiano a un futuro mejor.
¿qué ardor susurraba al oído de los constructores de la patria, allá por 1810? ¿qué futuro esperan quienes ahí permanecen por unos minutos en la bienvenida a la bandera? ¿qué esperanzas se asoman-emergen detrás de esas ropitas de colores que mañana tras mañana caminan hacia la escuela?
Celebramos como país el bicentenario con mirada de pasado y de futuro. En el pasado, allá en los inicios, Mariano Moreno: “Si deseamos que los pueblos sean libres, observemos religiosamente el sagrado dogma de la igualdad”
En la mirada al futuro, el estirarse de aquellos pequeños y aquellas pequeñas de la foto, y la visión de Paulo Freire: “La opción por el mañana, por una nueva sociedad que, siendo sujeto de sí misma, considerase al hombre y al pueblo sujetos de su historia”1
Pasado y futuro se funden en el presente, en la cotidianidad de los miles de niños y de jóvenes que comparten día a día espacios de educación. El presente sediento de educación agradece y sigue reclamando. Cuando en 1875 los salesianos llegan a Argentina comenzaron a trabajar en el campo que Don Bosco le había enseñado: la educación de la juventud. Podríamos decir que la historia salesiana en Argentina está teñida de espacios educativos. Mucha tiza corrió por los pizarrones, muchos oficios aprendieron chicos y chicas argentinos, pero también muchos grupos juveniles fueron constructores del mañana para los jóvenes.
En torno al bicentenario Argentina agradece el aporte salesiano. En el agradecimiento también reclama: la novedad del siglo, el auge de las comunicaciones sociales, invita a compartir y valorar la profundidad cultural de cada región
¿Cómo la educación puede recrearse haciendo de los niños y jóvenes sujetos de su historia y artífices de la participación democrática? En el bicentenario la alegría de ese “canto de amor que vimos crecer en los hombres y las mujeres que aprenden a leer” (Cfr. Thiago de Mello, 1964)

jueves, 4 de marzo de 2010

"dos o tres segundos de ternura"

3 de marzo
Los dos o tres segundos de ternura están llenos de nombres y de andares. Para que no se pierdan he tratado de entrelazarlos en las historias de mis escritos. El andante y la historia de ellos y de ellas, que aún no tiene nombre, son losque más historias recopilaron. Mientras el dolor por el terremoto de Chile se vuelve llanto cotidiano en muchos que nunca pensaron que la vida de sus seres queridos se convertiría en un recuerdo en cuestión de instantes, tomé la resolución de comenzar a ordenar mis escritos, aprovechando algunas de estas noches para retomar viejos e inconclusos proyectos... veremos qué sale. No se mucho para qué... tal vez simplemente por ese amor a la tierra que piso, amor que en muerte quiere aferrarse a algo que era la vida.

casimuertes

2 de marzo

El frágil hilo del que la vida pende me tiene pensando en estos días de tierra que se mueve. Ese principio de incertidumbre sobre el futuro de nuestra vida es quizá rápidamente olvidado... y nos parece que tenemos vida para rato. La memoria, que cotidianamente olvida, me recuerda las “casimuertes”: cuando era pequeño la dirección hidráulica del Falcon hizo que el auto no doblara en altas cumbres, asomándose al precipicio; cuando volvíamos de Chile y el auto se quedó dentro intentaban hacer magia para pasar entre un auto varado; cuando bajo el pozo de agua veía caer una viga de hierro desde diez metros y no tenía para donde escapara; cuando la Ecosport tocaba bocina y yo en bici preparaba la mejor caída, la mejor muerte, tras el accidente.
Esta memoria que a veces olvida, hoy recuerda a ritmo de Aute: en la fragilidad de lo cotidiano “me bastan solamente dos... o tres segundos... de ternura”