martes, 29 de septiembre de 2009

Gastón Felipe

(Recordando cosas viejas: otro de "rejunte de asombros")

Gastón Felipe Fontaine

Mucho viento se levantó en mi bicicleteada serrana de hace unos días. Mucho viento, y en medio del esfuerzo vi a mi tío, fallecido hace unos meses. Su deseo había sido ser ceniza y quedarse dando vueltas por estas sierras que había pisado en vida. Mucho viento se levantó. Vi a mi tío, y seguimos andando juntos los tres, viento, tío y yo.
14/07/04

jueves, 17 de septiembre de 2009

andares

(sigo cargando cosas viejas en mi blog... más "rejunte de asombros")

Andares

Salí a caminar con Pepe Manzano, como antes salía con papá, con el tío, con otros hermanos. Ayer y hoy la misma fascinación, caminábamos similarmente, caminábamos parecido y, sin embargo… distinto. No pongo el pie en los mismos y exactos lugares que él. Antes y después de cada pisada me doy cuenta que ninguno pisó ni pisará igual.
Así paso mi vida, caminando, asombrándome al darme cuenta en cada instante que nadie podrá vivir el mismo camino que estoy viviendo yo. Y así, en el trascurrir de cada instante, se me llena la vida de ganas de vivirla, con la responsabilidad de que cada pisada que deje de dar no la dará nadie, con la certeza de que cada pisada que dé me permitirá llegar a nuevos paisajes, a nuevas plantas, ríos y quebradas, a nuevas personas, a nuevas historias, a nuevos asombros.
14/07/04

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Caramelos

(viejos escritos... "rejuntes de asombro")

Caramelos

Un sobre encima de mi escritorio. Todos saben que nada me gusta tener allí. ¡El escritorio es para tener siempre lugar para escribir! Era mi cumpleaños. Me acerco y lo levanto. Miro el remitente. Luego lo abro y allí dentro unos caramelos Sugus. Nos queremos mucho con el que me los manda… y tanto también nos conocemos. Él sabe que no como caramelos. Tampoco Sugus… y como el sabe lo que sabe, yo sé lo que sé. Sé que está entregando lo que más le gusta. Sé que viniendo los Sugus viene él.
02-07-04

martes, 15 de septiembre de 2009

Velorio

(Más cosas viejas... del "Rejunte de asombros")

Velorio

Un paso más. Un paso más y lo vería. Extiendo mis piernas hacia delante y se asoma allí, quieto, encajonado. Frío. Helado. Me quedo mirándolo a él y a sus atrases. Ese inexpresivo cuerpo que está ahí no era él. El que yo conocí jugaba, charlaba, reía, peleaba, discutía y gozaba.
Mientras tanto la memoria se niega a reemplazar esa imagen por la última de él que allí ve. Y que él no era.
(2004)

lunes, 14 de septiembre de 2009

Victoria

(siguiendo con el recuerdo de viejos escritos)

Los días de Victoria, como los de cada personita de este mundo, duraban veinticuatro horas. Esos 1440 minutos le alcanzaban para tantas cosas, un día menos y otro más, como le alcanzaban a las otras personitas de esta tierra que pisamos.
Pero Victoria dedicaba unos minutos a mover insectos y animalitos que entraban en su casa. Corría arañas, hormigas y cuanto bicho se cruzara. Los llevaba al parque para que lo disfruten, en vez de aplastarlos con sus zapatillas.
Era un secreto que a casi nadie contaba, segura de que por algo estaban en el mundo, y segura también de que si hubiera vivido en el tiempo de los dinosaurios habría preferido ser corrida de lugar y no aplastada antes de escuchar el por qué y el para qué.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Sonidos del viento

(es el primer acontecimiento-asombro que puse en el compilado que llamé "rejunte de asombros")

01 Sonidos del viento
Verónica, mi prima, en un ataque de locura-cordura tomó unas pocas cosas y se puso a navegar las rutas del norte argentino, con su dedo levantado como boleto de ida y vuelta, sumergiéndose en aquellos pueblitos-reliquia que renuevan el corazón.
Purmamarca es uno de los más bonitos. Su cerro de siete colores imanta turistas durante todo el día. De pronto la noche llega. Y los colores del cerro ya no se ven. Y tampoco los turistas.
Es de noche. Verónica sale a caminar hurgando senderos, atraída por un abrazador sonido. Paso tras paso llegó al emisor.
Sentado en la montaña un pequeño niño, acurrucado, haciendo correr sus manos sobre el Siku.
-­¿Qué estás tocando?
-Escuchá
Pasó un instante, o muchos.
El niño retomó la palabra y dijo:
-Estoy… estoy imitando los sonidos del viento.
21/06/04